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Dos hombres y un destino. George Roy Hill, 1969

Dos hombres y un destino. George Roy Hill, 1969

Ante todo, pido disculpas por el retraso de esta semana en la publicación del post. Problemas técnicos...

Hace unos días, desapareció uno de los grandes nombres del cine: Paul Newman. Para sumarnos a su merecido homenaje, posteamos hoy una de sus cintas más famosas.

Butch Cassidy es el carismático líder de una banda de pistoleros y atracadores; Sundance Kid, una de las pistolas más rápidas del Oeste, es su inseparable compañero. Un atraco frustrado a la Unión Pacific provoca la disolución del grupo. Será entonces cuando Butch, Sundance y una guapa maestra de Denver llamada Etta Place formen un trío de románticos fugitivos que, robando por oficio y divirtiéndose con el riesgo, tienen siempre a la ley pisándoles los talones.

Si bien es cierto que el guionista, William Goldman, se toma ciertas libertades en el tratamiento de ambos forajidos, mitificandolos, el resultado es una película entretenida y de calidad. El ritmo narrativo es bueno, aunque en ciertos momentos parece pedir un mayor tono humorístico. Cabe destacar la banda sonora, que adquirió una enorme popularidad a pesar de no tener demasiado protagonismo en la película (al menos en cuanto a minutos se refiere). Y por supuesto, la preciosa fotografía en tonos sepia lograda  por Conrad L. Hall.

En cuanto a las actuaciones, y aunque suene a manido, la complicidad que emanan Newman y Redford se ha igualado en pocas ocasiones en la historia del cine. Y esta complicidad acentúa el carisma de ambos personajes, y ayuda a que se hayan convertido por derecho en una de las grandes parejas del cine. En efecto, sin poder sacarle defectos, la pobre Katharine Ross queda por completo eclipsada.

El cine negro americano (1930-1960)

El cine negro americano (1930-1960)

A lo largo de estos años, en este blog hemos comentado varias películas destacadas del cine negro. Pero, ¿en qué consiste dicho género?

Probablemente el rasgo definitivo que caracteriza el cine negro sea una visión dual de lo real, es decir, de que por debajo del orden social aparente existe otra realidad, más importante y además conflictiva. Es decir, el carácter "negro" de este género reside no tanto en los temas que tratan o los recursos formales que utilizan, sino en la propia concepción del mundo. De ahí el poso amargo, escéptico o pesimista que ofrecen las películas.

Por ello, habituales son la violencia y la amenaza de la muerte. Ante la muerte no hay protección segura ni en la ley ni en un posible héroe, sobre todo teniendo en cuenta que la muerte aquí puede llegar de manos de alguien cercano a quien se ama o en el propio sujeto, víctima de un destino trágico. En este sentido, podríamos comentar que, en lugar del final feliz tan frecuente hoy día, el cine negro presenta similitudes con la tradición trágica de la literatura, desde los griegos a Shakespeare.

Algunos críticos también relacionan este género con el psicoanálisis de Freud, corriente ahora desfasada pero en boga en la sociedad norteamericana en los años 40. El freudismo, al separar entre mente consciente y subconsciente, ofrecería una explicación a la motivación criminal: son los mecanismos psíquicos los que acaban por doblegar la voluntad de los individuos. Esta explicación fue importante porque así se creía justificar los crímenes desde un punto de vista médico, es decir, no moral. Y así, los espectadores podrían empatizar con los personajes: las personas ya no son buenas o malas, sino que en un mismo individuo coexisten ambas realidades.

Soylent Green. Richard Fleischer, 1974

Soylent Green. Richard Fleischer, 1974

Nueva York, año 2022: la población ha crecido desmesuradamente, se vive en la miseria y se pasa hambre. Hace unas semanas ha aparecido un nuevo alimento sintético, el “Soylent Green”, con el que las autoridades están alimentando de forma barata a la población. El agente de policía Thorn (Charlton Heston) y su viejo amigo Roth (Edward G. Robinson), superviviente de la época en la que “aún” había alimentos naturales, sospechan que hay algo raro y comienzan a investigar.

Soylent Green es la adaptación de la novela “Make Room! Make Room!” (“Hagan sitio! Hagan sitio!”), escrita por Harry Harrison. En ella se describe un futuro no demasiado lejano acuciado por la superpoblación, la sobre-explotación de los recursos naturales y el calentamiento global.

Richard Fleischer, director habitual del género de ciencia-ficción, se encargó de adaptarla recurriendo a un escenario desesperanzador: un planeta agotado y unos océanos secos. Fleischer realiza una acertada (aunque deliciosamente näif) visión de futuro, en la que el cine imax, la telefonía móvil o los videojuegos (en una escena, una chica aparece jugando al “Computer Space” de Atari, el primer juego comercial de la Historia) ya son realidad cotidiana… al menos para la cúpula dirigente, los pocos que pueden permitirse pagar 150 dólares por una docena de fresas.

Rodada sin excesivos medios (demostración de que no es necesario recurrir a carísimas técnicas de efectos especiales), “Soylent Green” es una cinta que logra estremecer por su crudeza y por su inmediatez. Uno de las mejores películas de su género, por cuanto muestra una realidad tristemente conocida en nuestros días. Para mí, este film forma parte de una trilogía perversa, junto al "Planeta de los Simios" y "El último hombre vivo" (esta última ya posteada en este blog), todas ellas grandes películas protagonizadas por Charlton Heston cuando aún era abiertamente crítico y apoyaba películas comprometidas que ponían en tela de juicio la validez de los valores sociales de su época.

Soylent Green (que en español recibió el significativo título de “Cuando el destino no alcance”) es una película no muy conocida por el gran público pero muy apreciada por el sector científico. Para terminar, citaré el consejo de un amigo sobre esta película:  ”Si no la han visto todavía, háganlo cuanto antes, que ahora mismo quedan reservas de petróleo para 20 o 30 añitos más, luego igual habrá que pedalear unas cuantas horas atados a una dinamo para poder generar energía necesaria para proyectar una peli tan buena”.

Luz de gas. George Cukor, 1944

Luz de gas. George Cukor, 1944

Paula (Ingrid Bergman), una joven inglesa estudiante de música, se enamora de un profesor de piano (Charles Boyer) durante una estancia en Italia. Tras la boda, él insiste en irse a vivir a Londres, a la mansión que la tía de Paula le dejó en herencia. Pero a Paula esa casa le trae malos recuerdos y pronto comenzará a sentir ataques de pánico y depresión.

¿Habéis oído alguna vez la expresión "hacer luz de gas"? Se trata de una forma de maltrato psicológico que consiste en intentar conseguir que alguien dude de sus sentidos, de su razonamiento y hasta de la realidad de sus actos; implica convencer a una persona de que está desequilibrada emocional y racionalmente para poder influir sobre sus actos. Se trata, por tanto, de una película que no ha perdido vigencia.

La expresión fue popularizada por una exitosa obra del dramaturgo inglés Patrick Hamilton, teniendo una primera adaptación cinematográfica en 1940, a cargo del director Theorold Dickinson. Pocos años después, Cukor hizo esta nueva versión (que en España se tituló "Luz que agoniza" precisamente para diferenciarla de la primera) con Ingrid Bergman, Charles Boyer y Joseph Cotten como protagonistas.

Al ser una película rodada íntegramente en interiores, los decorados adquieren una importancia única. También la música, que pone el énfasis adecuado en cada momento, convirtiéndose, casi en la narradora de los diferentes estados de ánimo por los que pasa la protagonista. Y, sobre todo, la luz de las lámparas de gas que iluminaban la casa y que es el tema sobre el que gira toda la trama.

También fue todo un acierto el reparto de la película, destacando, sin duda, la interpretación de Ingrid Bergman como la dulce y atormentada Paula, desde la inocente y enamorada jovencita del principio, su obstinación a creerse enferma, el deterioro forzado de su ánimo y de su voluntad, hasta el descubrimiento del engaño y su determinación en los momentos finales de la película. De hecho, por esta actuación recibiría el Oscar a la mejor actriz en 1944. Charles Boyer hace una actuación muy correcta, a pesar de lo complicado y ambiguo de su personaje. El tercero en discordia es Joseph Cotten (aunque no explicaré su papel para no desvelar nada más de la trama…).

¡Mamma Mia! Phyllida Lloyd, 2008

¡Mamma Mia! Phyllida Lloyd, 2008

Primera sorpresa del blog esta temporada! Ya sabéis que yo no suelo hablar de películas recientes y que los musicales tampoco son un género que me atraigan demasiado. Pero hoy haré una excepción con esta divertidísima (y tonta) comedia.

 

El argumento no podía ser más simple: Donna (Meryl Streep) es una madre soltera dueña de un modesto hotel en una paradisíaca isla griega. Su hija veinteañera se va a casar y, para descubrir quien es su padre, no se le ocurre mejor idea que invitar a los ex novios de su madre a la boda.

 

En realidad esta historia tan limitada es sólo una excusa para dar un repaso a la discografía del famoso grupo sueco ABBA. Como ha dicho un crítico del New York Times, “Se puede pasar un rato perfectamente agradable viendo esta animada adaptación del popular musical. Y luego, una vez que se te pasa la resaca, darte cuenta de lo mala que es”.

 

La película es mala por varias razones, entre ellas el ya mencionado guión absurdo y la inexperta dirección de Phyllida Lloyd (que se aprecia en el uso de la cámara y en el ritmo irregular de la narración). Sin embargo, ¡Mamma Mia! no aspira a ser una gran película, sino simplemente ofrecernos un rato de diversión. Y eso desde luego lo consigue. Porque además hay varios toques de autoparodia que a cualquier buen cinéfilo le gustará “cazar”.

 

En cuanto al reparto, las actuaciones son desiguales. La versátil Meryl Streep es sin duda la mejor, y además se ve que ha disfrutado haciendo la película. Julie Walters, Christine Baranski y Amanda Seyfried consiguen dar credibilidad a sus peculiares personajes. Eso si, Pierce Brosnan mejor que no hubiera cantado.

 

Resumiendo, película apta para el verano pero recomendable sólo para quien guste de las carcajadas o de los musicales. Por cierto, que a los fans de Abba les aconsejaría ver también "La boda de Muriel" (P.J.Hogan, 1994), una adaptación bastante más interesante de sus canciones.

 

Atormentada. Alfred Hitchcock, 1949

Atormentada. Alfred Hitchcock, 1949

Australia, 1835. Charles Adare (Michael Wilding), sobrino del gobernador y recién llegado de Irlanda, es invitado a cenar en casa de un ex-presidiario que ha hecho fortuna, Sam Flusky (Joseph Cotten), quien a su vez está casado con una amiga de la infancia de Charles, Lady Harrietta (Ingrid Bergman). En esa cena, Charles descubrirá que se trata de un matrimonio infeliz por un terrible secreto.

 

"Atormentada" suele ser considerada una obra menor de Hitchcock. Ciertamente tiene algunos puntos débiles, por ejemplo un argumento que podría calificarse de folletinesco y que en ocasiones se desarrolla con demasiada lentitud, pero que sin embargo consigue mantener el interés hasta el final.

 

En "Atormentada" podemos ver algunos recursos bien conocidos del cine de Hitchcock (envueltos en esta ocasión en una fotografía preciosista): la pugna psicológica entre la débil señora y la sirvienta celosa, la casa hermosa y misteriosa, el secreto inconfesable… en ese sentido podría recordar a la magnífica "Rebeca", filmada pocos años antes por el propio Hitchcock, aunque, todo hay que decirlo, en esta comparación "Atormentada" no sale del todo beneficiada.

¡Volvemos en Septiembre!

¡Volvemos en Septiembre!

Este ha sido un año especial para este blog: la comunidad de lectores ha crecido muchísimo (¡MUCHAS GRACIAS A TODOS!), y además hemos inaugurado varias nuevas secciones: las prometidas a “Libros de cine” y “Trilogías y otras secuelas”, más unas cuantas sorpresas que han tenido una gran acogida (“Asia hoy”, “Arte” y “Versión original”).

 Vuelve a llegar Agosto y se abre el ya tradicional Buzón de sugerencias para que podáis realizar vuestras peticiones (películas, actores, secciones, etc.) de cara a próximos post. Y al mismo tiempo, empezaremos ya a preparar la nueva temporada del blog: tengo una docena de buenas películas esperando para ser vistas!

 ¡Disfrutad de vuestras vacaciones! ¡Nos leemos el martes 2 de Septiembre!

El tesoro de Sierra Madre. John Huston, 1948

El tesoro de Sierra Madre. John Huston, 1948

Tampico (México) 1920. Fred Dobbs (Humphrey Bogart), un norteamericano vagabundo, convence a dos compañeros de infortunio, Curtin (Tim Holt) y Howard (Walter Huston), para ir a buscar oro. La expedición tiene éxito, pero la avaricia y las envidias que surgirán entre ellos superan con creces las dificultades que se habían encontrado hasta entonces.

 

Es difícil clasificar este film en un género cinematográfico determinado. ¿Es un Western enmarcado en un contexto aventurero o quizás es una historia de aventuras con reminiscencias del salvaje oeste?

 

Basada en una novela de Ben Traven (aventurero que reflejó en ella algunas de sus propias experiencias como buscador de oro), adaptada por el propio John Huston, “El tesoro de Sierra Madre” es uno de los mejores retratos de la codicia de todos los tiempos, narrado de forma magistral.

 

La elección del reparto no podría haber sido más acertada: una de las mejores interpretaciones de Bogart, un Tim Holt perfecto y un Walter Huston que parece haber nacido para interpretar ese papel.

 

Como anécdota, recodaremos que esta película fue ganadora de 3 Oscar: mejor director, mejor guión y mejor actor secundario (Walter Huston, padre del director). Así, esa fue la única vez que un padre y un hijo recibieron una estatuilla en la misma edición!

La ventana indiscreta. Alfred Hitchcock, 1954

La ventana indiscreta. Alfred Hitchcock, 1954

Un reportero fotográfico (James Stewart), confinado temporalmente a una silla de ruedas, procura escapar al tedio de su convalecencia contemplando desde la ventana de su apartamento fragmentos de vida de sus vecinos, a veces acompañado por su novia (Grace Kelly) y su enfermera (Thelma Ritter). Pero debido a una serie de pequeñas acciones, comienza a sospechar de un vecino ante la súbita desaparición de la mujer de éste...

 

Basado en un relato corto de Cornell Woolrich adaptado por John Michael Hayes para la gran pantalla, la película es un drama con componentes de thriller, de romance y de humor. Está contado desde el punto de vista de Jeff, salvo en momentos culminantes. El espectador tiene toda la información de Jeff y alguna más (lo que ocurre mientras él duerme). El recurso del "voyeur" brinda la oportunidad de plantear una reflexión sobre el derecho a la intimidad y sus límites, la solidaridad de las personas, los problemas de pareja, la soledad, etc.

 

Incluso con sus fallos de guión y sus errores de raccord (casi “tradicionales” en las películas de Hitchcock) “La ventana indiscreta” es un clásico, una película que demuestra que con una trama simple, un buen reparto y algo de talento en la dirección, puede obtenerse un buen film, reflejo de la curioriosidad y las debilidades humanas.

 

Cierto que en ocasiones se hace pesada y monótona (hubiera resultado interesante dedicar más atención a las otras pequeñas historias del vecindario), pero el resultado global te deja con buen sabor de boca.

My father. Hwang Dong Hyeuk , 2007

My father. Hwang Dong Hyeuk , 2007

Un joven coreano (Daniel Henney) adoptado por un matrimonio norteamericano decide regresar a Corea del Sur a buscar sus raíces y, si es posible, conocer a sus padres biológicos. Una llamada de teléfono lo llevara a encontrarse con un hombre que dice ser su padre (Yeong-cheol Kim), al que conocerá en la cárcel, condenado a muerte por un doble homicidio.

 

Esta película, basada en una historia real acaecida en el año 2000, relata el vínculo afectivo entre un padre y un hijo a pesar del paso del tiempo y las diferencias culturales, sociales e idiomáticas. La historia de un hijo que necesita reencontrarse con un padre al que no conoce, y de un padre culpable pero que ve una última oportunidad de redención en la llegada inesperada de ese hijo fruto de un amor verdadero.


Dos actuaciones magnificas: Henney perfecto en sus diálogos tanto en inglés como en coreano (formar parte de dos culturas es un regalo, no una desventaja) y sorprendiendo en los momentos dramáticos; Yeong-cheol con un trabajo muy logrado de su difícil personaje.

 

Una película sobre el perdón y sobre el amor más allá de las barreras raciales. En palabras del protagonista de la historia original, “Cuando amas a una persona, no te importa de qué color son sus ojos, o el color de su piel. O de qué color eres tú. La gente que se preocupa de esas diferencias es prisionera de si misma, no puede ver más allá”.

American Beauty. Sam Mendes, 1999

American Beauty. Sam Mendes, 1999

Lester Burnham (Kevin Spacey), un cuarentón en crisis, cansado de su trabajo y de su matrimonio, despierta de su letargo cuando conoce a una amiga de su hija, a la que intentará impresionar a toda costa.


Pero la película es mucho más, es una irónica y mordaz reflexión sobre los sueños y aspiraciones de la clase media americana, una crítica ácida al “sueño americano”. Todo en esta película es perfectamente imperfecto. Y precisamente ahí radica su novedad y su frescura. Esta película resume algo que en las vidas de hoy en día es más que una realidad en la vida de muchas familias: la hipocresía de las relaciones entre sus miembros.


El guión de Alan Ball nos impacta desde el comienzo con la voz en off del protagonista (“Tengo 42 años. En menos de un año estaré muerto. Por supuesto, yo todavía no lo sé, pero en cierto modo yo ya estoy muerto”). Luego, la secuencia de presentación del barrio y de la casa: American Beauty transforma al espectador en un voayeur, al tiempo que nos lleva a formar parte de la familia.

 

Unas actuaciones brillantes; un guión único, lleno de simbologías, que funciona perfectamente tanto como comedia o como drama; una buena banda sonora, y unas cuantas escenas que ya son parte de la iconografía del cine actual.

 

Pero American Beauty también presenta un mensaje de oportunidad, de cambio, de volver a empezar desde cero.  En ese sentido, el final me recuerda un poco al de Manhattan, de Woody Allen: al final Woody cita cosas y personas para que la vida valga la pena. Y aquí, Lester también cita cosas hermosas, para que veamos que la vida es maravillosa si se sabe vivir bien.


“Hay tanta belleza en el mundo, no hay razón para tener miedo de nada…”

Un día en las carreras. San Wood, 1937

Un día en las carreras. San Wood, 1937

La propietaria de un hospital (Maureen O´Sullivan), se encuentra en una delicada situación financiera. Groucho Marx es el Dr. Z. Hackenbush, un veterinario que se hacer pasar médico para ayudarla a retener en el hospital a una hipocondríaca ricachona hasta convencerla para solucionar los problemas económicos. Pero como todo esto no es suficiente, deciden apostar a favor de su caballo.

 

Una de las mejores películas de los Marx, una comedia desenfrenada que exalta la generosidad, la constancia y la inocencia.


El guión intercala escenas musicales con las cómicas, marcando las necesarias pausas entre carcajada y carcajada. Son memorables las escenas de la contundente actuación al piano de Harpo, la conversación telefónica de Hugo y Whitmore, o el reconocimiento médico de la Sra. Upjohn (evocado por Buñuel en "El discreto encanto de la burguesía"). Y por supuesto, los diálogos contienen frases que se han hecho famosas, entre ellas la siguiente “perla” políticamente incorrecta: "Soy veterinario: cásate conmigo y nunca más miraré a otro animal".

 

Lamentablemente, el doblaje español se ha permitido licencias imperdonables por su completa descontextualización: compara al Dr. Stenberg con Fidel Castro, cita a Perry Mason e incluye un breve canto de la película West Side Story. 

 

 

 

La puerta del infierno. Tienosuke Kinugasa, 1954

La puerta del infierno. Tienosuke Kinugasa, 1954

Japón, siglo XII. Para recompensar al valiente samurai Moritoh, su señor le da la posibilidad de escoger aquello que más desee. El joven samurai quiere casarse con la bella Kesa... pero Kesa ya está casada. Moritoh intentará en vano persuadirla para que abandone a su marido.

 

Sin duda, la mejor interpretación es la de Machiko Kyo, auténtica estrella en Japón, que deslumbra por su impecable Kesa.  Moritoh (interpretado por Kazuo Hasegawa) resulta un personaje demasiado ingenuo, demasiado obstinado; es sólo al final, cuando se desata el drama, cuando el actor consigue imprimir auténtico carácter a su samurai.

 

Una historia de pasión y poder, filmada en color y en formato panorámico con una estética muy particular para el momento, que fue galardonada con 2 Oscar de Hollywood y el Gran premio del Festival de Cannes.

Love and Virtue

Love and Virtue

Bajo este título podremos ver en unos meses, una producción épica ambientada en la fascinante época de Carlomagno. El proyecto reconstruye las batallas que tuvieron lugar después de que este carismático personaje fuera coronado emperador, en el año 800.

 

Aunque la época de Carlomagno no suele ser fuente de inspiración en el cine, la mayor novedad está en el director de esta película: Raoul Ruiz, un chileno establecido en Francia que suele dirigir dramas intimistas como “Genealogía de un crimen”, por lo que a priori resulta sorprendente su vinculación a un film de carácter bélico. Aunque también es el responsable de otras películas históricas como “El tiempo recobrado”, biopic del escritor Marcel Proust, o la fantástica Klimt, estrenada en 2006 y basada en la vida del célebre pintor austriaco Gustav Klimt, interpretado por John Malkovich.

 

 La nueva película (que en español parece ser que recibirá el título de “Amor en tiempos de Carlomagno”) tiene a su favor un reparto prometedor. Stephen Dillane (a quien ya vimos en “Las horas” o “El rey Arturo”) encarnará a Carlomagno, mientras que John Malkovich y Michael Madsen serán guerreros bárbaros. El personaje principal será Damian Lewis, un caballero de la corte de Carlomagno que se enamora de una joven doncella (Virginie Ledoyen). También habrá un pequeño papel para el veterano Peter O’Toole.

 

 “Es un placer trabajar con un reparto así, aunque también es un orgullo para mí poder decir que cuento con un equipo que está poniendo una gran pasión en el diseño de trajes y decorados, y en la música”, explica el propio director.

 

 El estreno está previsto para finales de año… no nos lo podemos perder! Podéis consultar la ficha de Carlomagno en la web de artehistoria.

 

 

 

El estornudo. Thomas Edison, 1894

El estornudo. Thomas Edison, 1894

Esta “película” fue una de las primeras secuencias rodadas por Edison. La cinta apenas duraba 19 segundos, pues no tenía siquiera argumento: se limitaba a mostrar una imagen del actor Fred Ott estornudando ruidosamente.

 

Ya habíamos visto las escasas aportaciones de Edison al cine, que se habían limitado más a sus aspectos comerciales que creativos. Entre esas aportaciones se encontraba el Black Mary. “Black Mary” era el sobrenombre del furgón que usaba la policía de Nueva York en aquellos tiempos para trasladar presos, ya que era de color negro. Edison llamó así al lugar donde realizaba sus películas: consistía en una pequeña habitación, protegida del exterior por láminas empapadas con brea (excepto en el techo, por donde entraba la luz). Dentro estaba una cámara sujeta a una guía (que dejaba acercar o alejar la cámara sólo en línea recta). Así pues, el Black Mary fue el primer estudio de cine, la primera prefiguración del plató insonorizado.

 

Per este "estudio de grabación" tenía un importante rival: las películas de mayor éxito por aquel entonces eran las que incorporaban imágenes de exteriores, al estilo de los Hermanos Lumière...

Grand Prix. John Frankenheimer, 1966

Grand Prix. John Frankenheimer, 1966

Hoy tenemos una película sorpresa en el blog... ;-)

 

Pete Aron, piloto de Fórmula 1, es expulsado de su equipo (Jordan-BRM) después de provocar un accidente en Mónaco en el que resulta herido su compañero, el británico Scott Stoddard. Mientras éste lucha por recuperarse, Aron empieza a competir con la escudería japonesa Yamura en un apretado final de temporada.

 

La película es en realidad un buen documental de Fórmula 1. Más de la mitad de esta larga película son imágenes de carreras, lo cual, por otra parte, es lo mejor que puede suceder porque la excusa argumental (un par de relaciones sentimentales con infidelidades incluidas y final agridulce) es más bien aburrida y superficial, y con muy poca tensión en los diálogos.

 

Todas las imágenes de las carreras son muy buenas y están bien rodadas, con cámaras situadas en diferentes puntos (por supuesto, también sobre los propios coches), hábil manejo del plano-contraplano, ralentizaciones, buen uso del sonido y la música, además de la división de la pantalla en varias zonas (recurso muy llamativo pero que no era nuevo: ya lo había utilizado, y de forma más inteligente, Abel Gance al rodar su “Napoleón” en 1920).  

 

La película da detalles precisos de cómo era la F1 en aquel momento, enseña los detalles de la conducción, ya que participaron pilotos profesionales (Fangio, Hill,...), muestra los entresijos de este “espéctaculo”, la tensión empresarial, etc. Además, hace un recorrido por los circuitos más famosos: Nurbürgring, Clermont-Ferran, Monza y, por supuesto, Mónaco.


Ganadora de 3 Oscar (montaje, sonido, efectos de sonido), Grand Prix es una de las pocas películas referentes al mundo del automovilismo F1 y profundiza más en el mundo de la alta competición que el también famoso filme sobre Le Mans. En fin, obligada para aficionados a la gasolina, que podrán comprobar los grandes avances a los que se ha llegado en esta disciplina.

El séptimo sello. Ingmar Bergman, 1957

El séptimo sello. Ingmar Bergman, 1957

La Peste Negra asola Europa. El caballero sueco Antonius Blovk y su leal escudero regresan a su país, tras diez años de inútiles combates en las Cruzadas por Tierra Santa. Vuelve como un hombre atormentado y lleno de dudas, y la Muerte se presenta reclamándolo. Con la esperanza de ganar tiempo para encontrar algo que consiga dar sentido a su vida, el caballero reta a la Muerte a una partida de ajedrez.

 

Basada en su propia obra de teatro "Trämalning" ("Pintura en madera"), Bergman realizó con “El séptimo sello” una de las obras cumbres del cine, y la que es probablemente la mayor reflexión cinematográfica acerca de la vida, la muerte, la superstición y la religión.

 

Bergman enfrenta a sus personajes (sus alter ego) cara a cara con la muerte (una de sus obsesiones personales), de una manera profunda e implacable, hasta tal punto que cada uno de estos personajes son además reflejo de las diferentes maneras de afrontar la muerte: desde el miedo que empuja a Antonius (inconmensurable Max Von Sydow) a encomendarse a un Dios que su razón le dicta que no existe, a la frialdad de un escudero (no menos genial Gunnar Bjornstrand) consciente de que le espera el vacío, pasando por la sencilla candidez de la pareja de juglares, que ya no esperan más pues tienen todo lo que de verdad necesitan.

 

La iconografía que emplea el director sueco en esta película está tomada de los diferentes retablos y pinturas medievales que Bergman conoció de niño, mientras acompañaba a su padre (pastor luterano) a predicar en distintos lugares. La iconografía incluye juglares, brujas, flagelantes, cruzados, frailes, pesebres, ángeles y, por supuesto, las danzas de la Muerte. A este respecto, debe destacarse la escena en la que el escudero charla con un artista mientras éste pinta un mural en una pequeña iglesia.

 

Un hombre en busca de respuestas y un final que invita a la reflexión y el regocijo por estar vivos hoy... pues mañana ¿quién sabe?

Vuelve Harry Callahan…

Vuelve Harry Callahan…

Clint Eastwood dirigirá y protagonizará una nueva película titulada “Gran Torino”.

 

No han trascendido apenas detalles del filme, es más, ni si quiera se sabe a ciencia cierta su argumento, pero se especula sobre la posibilidad de que sea una nueva entrega de Harry el sucio, algo así como lo que sigue: un asesino que conduce un Ford Torino del 72 asesina a dos policías que intentaban detenerle. Uno de ellos era el nieto de Harry Callahan, quien abandonará su tranquila jubilación para vengarle.

 

Si dicho rumor es cierto, estaríamos hablando de la auténtica despedida de uno de los personajes más memorables de la filmografía de Eastwood. En estos tiempos en los que Rocky Balboa, Indiana Jones y otros tantos vuelven con fuerza, no es extraño que Harry Callahan regrese para repartir justicia, aunque, tratándose del gran Eastwood, es más que probable que nos encontremos con algo muy diferente a las violentas secuelas dirigidas por Don Siegel.

 

En cualquier caso, 2008 será un gran año, porque contaremos con los estrenos de dos obras de Clint: “The Changeling”, thriller ambientado en los años 20 y protagonizado por Angelina Jolie (y cuyo estreno se espera para Noviembre) y este “Gran Torino” (previsto para Diciembre).

 

Por otro lado, Eastwood sigue con su inteligente táctica de hacer una película más comercial y taquillera (“Gran Torino”) entre dos proyectos personales: “The Changeling” y “The Human Factor”, película esta última sobre Nelson Mandela que protagonizarían Morgan Freeman y Matt Damon y cuyo rodaje comenzaría en 2009.

 

Como siempre, Eastwood me ha alegrado el día. Y hoy, más que nunca, lo necesitaba. Gracias, Clint.

Grupo salvaje. Sam Peckinpah, 1969

Grupo salvaje. Sam Peckinpah, 1969

“Grupo salvaje” es la historia de un grupo de veteranos atracadores de bancos, ven acorralados entre unos cazadores de recompensas, los insurgentes de Pancho Villa y el ejército mexicano; la historia de una banda de forajidos condenados al fracaso desde el principio y resignados a enfrentarse con dignidad a su destino.

 

“Grupo salvaje” es un film violento, amargo y desencantado, en el que los límites entre el bien y el mal se difuminan. Una película que nos habla de desarraigo, honor, dignidad y amistad traicionada en el contexto de un mundo que está cambiando: sus protagonistas son hombres duros cuyo tiempo se ha acabado. Y a pesar de la violencia, “Grupo salvaje” ofrece, sin embargo, imágenes de sobrecogedor lirismo.

 

“Grupo salvaje” es un magistral western crepuscular escrito por el propio Peckinpah junto a Walon Green y Roy N. Sickner, resumen de una forma de entender la vida, regida por unos códigos no escritos pero con una fuerte carga ética y moral.

 

Excepcional trabajo interpretativo de todo el reparto, entre ellos el insuperable William Holden (quien basó parte de su actuación en el propio director) o el General “Mapache” encarnado carismáticamente por el mexicano Emilio Fernández.

 

 

 

Después solo queda la hora de los homenajes, recordando en flash-back los rostros sonrientes de los componentes de este grupo salvaje…

Moulin Rouge. John Huston, 1952

Moulin Rouge. John Huston, 1952

 

Biografía del famoso pintor francés Toulouse-Lautrec en el Monmartre de finales de siglo XIX. Lautrec fue un magnífico artista que sufrió constantes rechazos por su físico deforme, llevándolo a intentos de suicidio constante.

Una extraordinaria película, al nivel de las mejores de Huston e incluso, en mi opinión, mejor que algunas de las más famosas. Esta película debería estar considerada al nivel de “El tesoro de Sierra Madre”, “El halcón maltés”... Es un trabajo soberbio, magnífico y lleno de ese sello inequívoco de Huston.

No sólo es fiel a la biografía del genial pintor sino que nos hace respirar el aire bohemio parisino y consigue hacer absolutamente creíbles al elenco de personajes que se deslizan sobre el entarimado del Moulin Rouge. Tan creíbles que parecen recién salidos de los cuadros de Lautrec (soberbia la actuación de José Ferrer), que adquirieron vida propia para hacernos disfrutar desde sus cancanes llenos de picardías y colores.


Inevitablemente hay que subrayar el tratamiento del color en la película. Todo el metraje tiene una luz y un color muy especial, pero sobre todo destaca la secuencia del intento de suicidio. Ese momento es insuperable, con unos fotogramas auténticamente impresionistas, como cuadros en movimiento tratando de reflejar el estado de ánimo del protagonista.

 

Como aperitivo, aquí os dejo la escena de presentación en Youtube.

 

Y la próxima semana, retomaremos una sección de la que hace tiempo que no hablamos...