Luz de gas. George Cukor, 1944
Paula (Ingrid Bergman), una joven inglesa estudiante de música, se enamora de un profesor de piano (Charles Boyer) durante una estancia en Italia. Tras la boda, él insiste en irse a vivir a Londres, a la mansión que la tía de Paula le dejó en herencia. Pero a Paula esa casa le trae malos recuerdos y pronto comenzará a sentir ataques de pánico y depresión.
¿Habéis oído alguna vez la expresión "hacer luz de gas"? Se trata de una forma de maltrato psicológico que consiste en intentar conseguir que alguien dude de sus sentidos, de su razonamiento y hasta de la realidad de sus actos; implica convencer a una persona de que está desequilibrada emocional y racionalmente para poder influir sobre sus actos. Se trata, por tanto, de una película que no ha perdido vigencia.
La expresión fue popularizada por una exitosa obra del dramaturgo inglés Patrick Hamilton, teniendo una primera adaptación cinematográfica en 1940, a cargo del director Theorold Dickinson. Pocos años después, Cukor hizo esta nueva versión (que en España se tituló "Luz que agoniza" precisamente para diferenciarla de la primera) con Ingrid Bergman, Charles Boyer y Joseph Cotten como protagonistas.
Al ser una película rodada íntegramente en interiores, los decorados adquieren una importancia única. También la música, que pone el énfasis adecuado en cada momento, convirtiéndose, casi en la narradora de los diferentes estados de ánimo por los que pasa la protagonista. Y, sobre todo, la luz de las lámparas de gas que iluminaban la casa y que es el tema sobre el que gira toda la trama.
También fue todo un acierto el reparto de la película, destacando, sin duda, la interpretación de Ingrid Bergman como la dulce y atormentada Paula, desde la inocente y enamorada jovencita del principio, su obstinación a creerse enferma, el deterioro forzado de su ánimo y de su voluntad, hasta el descubrimiento del engaño y su determinación en los momentos finales de la película. De hecho, por esta actuación recibiría el Oscar a la mejor actriz en 1944. Charles Boyer hace una actuación muy correcta, a pesar de lo complicado y ambiguo de su personaje. El tercero en discordia es Joseph Cotten (aunque no explicaré su papel para no desvelar nada más de la trama…).
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