Tiempos modernos. Charles Chaplin, 1936
En pleno apogeo del cine sonoro, Chaplin sigue fiel a su estilo, con un largometraje en el que no hay conversaciones, aunque si sonido (ruidos de máquinas, onomatopeyas…)
“Tiempos modernos” es una sátira social muy comprometida (se le llegó a someter a control por intuirse implicaciones izquierdistas), que puede interpretarse en 3 niveles:
1. historia de amor entre el protagonista, un obrero, y una mendiga. Es la excusa que mantiene la coherencia argumental
2. manifiesto político proletario, contra los males de la sociedad. Pero es ambiguo porque no se decanta de forma clara a favor de los obreros y de sus formas de reivindicación
3. parodia del maquinismo, que elimina la libertad individual, los hombres como meros instrumentos al servicio de la producción (en ese sentido, son memorables las escenas en la cadena de montaje!).
Además, Chaplin decide de forma voluntaria dar un final ambiguo a la película: la pareja se aleja caminando hacía un futuro incierto. Es por tanto un Chaplin distinto a lo acostumbrado, complejo. Incluso los medios más reaccionarios le acusaron de querer ser algo más que un cómico, de pretender ser un filósofo popular. Ante la presión, Chaplin emigró a Europa, donde continuó rodando…
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