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Los comienzos del cine sonoro

Los comienzos del cine sonoro

En realidad, el cine nunca fue “mudo”, ya que cuando aún no podían grabarse los sonidos, las películas se proyectaban en una sala con un pianista en directo que, además, iba narrando las diversas escenas.

 

La primera película que incorporaba sonido grabado fue “El cantor de jazz”. Estaba basada en una obra teatral que apenas había tenido éxito. Pero gracias a la gran difusión que permite el cine, su versión fílmica, protagonizada por Al Jhonson, trajo consigo el fenómeno de las películas “100% habladas, cantadas y bailadas”.

 

En este contexto destaca Bubsby Berckeley, actor, coreógrafo y director de teatro. Su colaboración con Hollywood, en la década de los 30, dio lugar a películas con cuidada y lujosa ambientación (decorados Art Decó, vestuario…) y unas coreografías impecables en las que aseguraba también la continuidad visual (incluso a pesar de combinar distintos planos).

 

En “The kid from Spain”, con canciones como "But We Must Rise", encontramos toda las claves de su cine: el número musical es de por sí, una historia autónoma; encontramos también su gusto por las coristas, el erotismo desmedido y contenido y las composiciones calidoscópicas. “Gold diggers of 1935” incluye un número musical que justifica una película e incluso una carrera profesional: "Lullaby Of Broadway", más de 13 minutos que narran la vida (diurna y nocturna) en Nueva York. Mencionar también “The gang’ all here”, esa fantasía en color que incluye delicias como “The Lady In The Tutti Frutti Hat” (el famosísimo número de “las bananas”)…

1 comentario

Verónica -

Vielen Dank ;-D