DUELO: 4 confesiones vs Rashomon
“Cuatro confesiones” (“The outrage”, dirigida por Martin Ritt en 1964) es la versión, en clave western, de “Rashomon” (1950), película de Akira Kurosawa que ya hemos comentado ampliamente en este blog.
En ambos casos, el guión gira en torno a las declaraciones de los testigos de un asesinato. Pero lo interesante del film no es su argumento, sino la exposición de los personajes y las transformaciones de ellos que provocan sus demonios interiores, así como la forma de presentar una misma historia desde los diferentes puntos de vista de los diversos personajes implicados en ella, sin tomar posición por ninguno de ellos. Kurosawa creó escuela con este film y, desde entonces, esta técnica de presentar un hecho desde diferentes perspectivas se denomina "efecto rashomon".
Que Martin Ritt es un cineasta que siempre ha sabido realizar un buen cine de gran calidad y entretenimiento no cabe la menor duda y además es evidente en su variada filmografía; desde la comedia de situaciones, romántica y enredos como “Encuentro en París” o “Cómo matar a la propia esposa”, y en westerns o dramas tormentosos como “El largo y cálido verano” o “Hud”; todas estas obras bien llevadas y resueltas con una solvencia adecuada.
Ritt hace en “4 confesiones” un remake de un clásico y sin duda una obra maestra del cine como es Rashomon. Más o menos consigue un film aceptable y digno, aunque en ningún caso llega a las puertas de la perfección de la original.
Un guión ágil y bien desarrollado en el aspecto narrativo, pero en ningún momento borda la brillantez del original. Lo más destacado de la cinta es el adecuado montaje, vestuario y sobre todo la fotografía en blanco y negro para darle el tono de profundidad que requería la historia. También destaca el conjunto de actores que realizan unas interpretaciones maravillosas y cumplen muy bien con sus respectivos papeles y encima una variedad generacional: un Paul Newman espectacular (aunque, por supuesto, no tanto como Toshiro Mifune) haciendo de bandido mexicano, Laurence Harvey experto en encarnar a personajes confusos, el carismático Edward G. Robinson, y Claire Boom (que no consigue estar a la altura de Machiko Kyo).
“4 confesiones” es una película de agradable visionado, pero recomendaría verla después de conocer la auténtica: Rashomon.
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