La ley de los fuertes. Rudolph Maté, 1957
Colt Saunders (Charlton Heston) es un veterano de la Guerra que regresa a su finca de Texas, donde le aguardan sorpresas desagradables, pues descubrirá el pasado nada virtuoso de su esposa Lorna (Anne Baxter). Pero el mayor problema es una banda de despiadados advenedizos decididos a apropiarse de la valiosa finca de Colt.
Western lleno de intriga, drama y acción. La interpretación de los papeles principales, a cargo de actores de gran relieve, se sitúa en los niveles que corresponden a su categoría. Heston da vida a un personaje duro, rudo, violento y desconsiderado, y lo hace con solvencia y naturalidad. Gilbert Roland, interpretando el papel de hermano menor lisiado a causa de un accidente de juventud, crecido bajo la sombra y la protección de su hermano mayor, del que depende a disgusto y con rencor, realiza un trabajo notable que confiere a su personaje la ambigüedad (entre la sumisión y la rebeldía, la lealtad y la traición) que le es propia. Una espléndida Anne Baxter interpreta el difícil y contradictorio papel de Lorna.
El director Rudolph Maté demuestra que es capaz de conferir a la película una gran fuerza dramática. A destacar la escena de la estampida de los caballos y el intento de Cold de recuperarlos, que suma espectacularidad, tensión y brillantez.
Western lleno de intriga, drama y acción. La interpretación de los papeles principales, a cargo de actores de gran relieve, se sitúa en los niveles que corresponden a su categoría. Heston da vida a un personaje duro, rudo, violento y desconsiderado, y lo hace con solvencia y naturalidad. Gilbert Roland, interpretando el papel de hermano menor lisiado a causa de un accidente de juventud, crecido bajo la sombra y la protección de su hermano mayor, del que depende a disgusto y con rencor, realiza un trabajo notable que confiere a su personaje la ambigüedad (entre la sumisión y la rebeldía, la lealtad y la traición) que le es propia. Una espléndida Anne Baxter interpreta el difícil y contradictorio papel de Lorna.
El director Rudolph Maté demuestra que es capaz de conferir a la película una gran fuerza dramática. A destacar la escena de la estampida de los caballos y el intento de Cold de recuperarlos, que suma espectacularidad, tensión y brillantez.
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