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El viento que agita la cebada. Ken Loach, 2006

El viento que agita la cebada. Ken Loach, 2006

Irlanda, 1920. Los hermanos Damien (Cillian Murphy), que abandona su prometedora carrera de médico, y Teddy (Liam Cunningham), se alistan a la guerrilla creada para luchar contra las tropas británicas que habían sido enviadas para sofocar las aspiraciones independentistas. 

Desde el punto de vista cinematográfico, la película derrocha calidad y capacidad técnica (fotografía, vestuario, banda sonora...). El título del filme rinde tributo a una vieja canción popular irlandesa de igual nombre y que una anciana canta en una de las escenas.  Cimentada en un sólido guión y una impecable dirección saltan los problemas habituales del cine más maniqueo al establecer un único punto de vista en la narración.


El izquierdismo radical de Ken Loach (británico, por cierto, aunque aquí no deja bien librados a sus compatriotas) se ha desbordado en esta película. La represión británica contra los irlandeses es en efecto denunciable, pero legitimar la venganza armada y por ende el IRA es como poco discutible. Peripecia bien narrada, verosímil y a ratos emotiva, aunque Loach dulcifique en exceso los personajes irlandeses, mientras caricaturiza y demoniza sin piedad a los británicos de su filme.

El protagonista es un defensor a ultranza de la causa republicana irlandesa, del independentismo, al que Loach le otorga tintes hagiográficos, cuando en realidad es un criminal, pues si bien el fin que persigue es lícito, no lo son ni mucho menos sus medios. En efecto el protagonista lucha por sus ideales, pero sobrepasando los límites de lo moralmente aceptable.


En el segundo tramo de la película, Loach se ocupa de las luchas internas dentro del ejército republicano irlandés, tras alcanzar un acuerdo con la Corona Británica, tomando partido por supuesto, por el bando más radical. El cineasta se escuda en que la rebelión sólo interesaba a los independentistas de clases medias por razones económicas, y logrado un pacto beneficioso en este sentido, este sector abandona la lucha por una integridad social, y una independencia absoluta con respecto al Rey, traicionando las esperanzas de las clases bajas a las que utilizaron los burgueses -como siempre a lo largo de la historia- para mejorar su posición. Esto es lo más interesante en el filme de Loach, y lo más aceptable desde el punto de vista ideológico, y además le sirve para desarrollar una historia con ecos bíblicos -el mito de Caín y Abel, metáfora a su vez de la guerra civil- que culmina en un duro y trágico desenlace que simboliza la muerte de los ideales.

Ken Loach lleva haciendo cine desde 1967 (incluyendo títulos como “Tierra y libertad”, “Pan y rosas”, “Felices dieciséis” o “Solo un beso”), por lo que ya no tiene que rendir cuentas con nadie, ni le importa que se pueda advertir esa subjetividad. También es cierto que es difícil encontrar películas en las que el director o el guionista no den su propio punto de vista. Y es que la imparcialidad casi no existe.

Muchos dicen que la Palma de Oro que Ken Loach obtuvo en Cannes por este film fue en realidad un premio a todo el conjunto de su prolífica filmografía.  La película no deja indiferentes a nadie, y es que la crítica está servida. Loach nos da su punto de vista, pero nosotros, como espectadores inteligentes tenemos el poder de estar o no de acuerdo. En definitiva, una película bien hecha que no deja indiferente y que, si se conoce la historia bien, seguramente aporte más juego.

Ah! y por último un aviso: en el post de la semana de la semana que viene, estrenaremos una de las nuevas secciones anunciadas para esta temporada... hasta entonces, nos leemos en los foros!

1 comentario

ledaas -

no es curioso la puse porque te leo!...lo q pasa es q yo no he visto la peli y no puedo opinar...pero era por si querias pegar alli tu genial reflexion...
por cierto invito a todos los lectores a pasarse por nuestro foro que ya se esta poniendo interesante...

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