Onibaba. Kaneto Shindo, 1964
En el Japón medieval, la madre y la esposa de un guerrero esperan su vuelta del frente. Sobreviven engañando a los soldados perdidos en los campos, a los que asesinan para luego vender sus pertenencias...
Historia pequeña, sin grandes alardes. Pocos personajes, pocos escenarios. Sin embargo, Onibaba es una gran película.
Onibaba es un tipo de demonio japonés que se mostraba como una bella mujer para engatusar a hombres y niños para comérselos. Kaneto Shindô se sirve de este vocablo y de esta idea para ofrecernos una historia de terror fantástico como metáfora del hombre, de sus miedos, de sus instintos, de sus supersticiones.
En cuanto a las imágenes de esta película, todas ellas irradian un magnífico talento fílmico: las miradas, el erotismo, el viento y los juncos... Buenos movimientos de cámara, planos de perfecta factura y espectacular fotografía. Todo ello enmarcado por la magnífica partitura de Hikaru Hayashi. No es esteticismo vano, en Onibaba fondo y forma van de la mano.
0 comentarios