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Casablanca. Michael Curtiz, 1942

Casablanca. Michael Curtiz, 1942

Casablanca, II Guerra Mundial. Para los europeos que querían huir de la guerra resultaba fácil llegar a esta ciudad, pero abandonarla ya era más difícil, especialmente si tu nombre aparecía en la lista de perseguidos por los nazis. Uno de estos perseguidos es el líder checo y héroe de la resistencia Victor Laszlo, cuya única esperanza de escapar es Rick Blaine, el propietario del 'Rick’s Café', un hombre que no arriesga su vida por nadie... excepto por Ilsa, ahora esposa de Laszlo. Cuando Ilsa se ofrece a cambio de un visado que consiga sacar a Laszlo del país, Rick deberá elegir entre su propia felicidad o el idealismo y las numerosas vidas que podrían salvarse.  

Aunque no es la mejor película de todos los tiempos, Casablanca si es un icono de la historia del cine merced a un guión sembrado de diálogos insuperables, envuelto en una dirección y una puesta en escena magníficas, una película que destila calidad en todos los aspectos: la música es de Max Steiner y la fotografía de Arthur Edeson. Y por supuesto, unas interpretaciones soberbias: Bogart y Bergman en el estrellato; Reins, Henreid, Veidt... encabezando un elenco de secundarios al cual más solvente en la pantalla. 

Humphrey Bogart e Ingrid Bergman encarnan a unos antiguos amantes que vuelven a unirse brevemente en el caos de la guerra. Bogart es aquí el héroe romántico por excelencia, pero también es el hombre atormentado perseguido por el fantasma de una mujer real (que ya no es suya, que nunca lo fue) y un encuentro inevitable. Con un guión realizado sobre la marcha, mil avatares antes, durante y después de la producción, y un elenco de actores tan desconcertados como en estado de gracia, Michael Curtiz elabora una obra de arte sin que nadie acierte a explicar cómo. “¿Pero de quién estoy yo enamorada?”, llegó a preguntar Ingrid Bergman al director poco antes del final del rodaje. “Aún no lo sé”-contestó Curtiz- “Tú mientras tanto actúa”. Tal vez por esto la ambigüedad por momentos de Elsa era simplemente auténtica. El final, ambiguo, provisional y más abierto de lo que parece a primera vista, deja las cosas entre interrogantes, con un toque insuperable de emoción contenida.

El film se basa en la obra teatral "Everybody Comes To Rick's", no publicada y no representada, de Murray Burnett y Joan Alison. Nominada a 8 Oscar, Casablanca ganó 3 (película, director y guión adaptado).

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