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Trono de sangre. Akira Kurosawa, 1957

Trono de sangre. Akira Kurosawa, 1957

Akira Kurosawa no sólo fue un gran cineasta, sino también un hombre culto, versátil y con gran capacidad para trasladar la literatura al celuloide, incluso los grandes títulos europeos (aún a pesar de la gran distancia que parecía existir con respecto a la sensibilidad oriental). Así, en 1957 filma su primera adaptación de la obra de Shakespeare: Kurosawa transforma "Macbeth" en la formidable "Trono de sangre". Una película, por cierto, influida por la versión realizada en 1948 por Orson Welles, pero aplicando elementos japoneses extraidos del teatro Nô.

 

¿Qué podemos decir de la impresionante actuación de Toshiro Mifune? El actor nipón interpreta aquí a un Macbeth memorable que recibe una de las muertes más violentas de la historia del cine (y de la que Sam Peckinpah tomó buena nota; al fin y al cabo, ya había manifestado su admiración por el cine de Kurosawa).

 

En cuanto a los aspectos técnicos de la película, la fotografía y la ambientación de "Trono de sangre" son simplemente formidables. También es de destacar que fue la primera película en la que Kurosawa colaboró con el célebre compositor Masaru Sato. Hasta entonces, Kurosawa no había dado excesiva importancia a la música, aunque si es cierto que en alguna ocasión la había utilizado como elemento dramático (por ejemplo, la melodía de "Vivir"). Tras esta primera colaboración, Sato crearía un estilo musical inconfundible para las películas de samurais, que a su vez, serviría de inspiración para Ennio Morricone en sus colaboraciones con Sergio Leone.

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