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Kagemusha, la sombra del guerrero. Akira Kurosawa, 1980

Kagemusha, la sombra del guerrero. Akira Kurosawa, 1980

Japón, siglo XVI. Takeda Shingen es el jefe de uno de los tres poderosos clanes que luchan por la conquista de Kioto. Shingen muere en combate, y sus oficiales deciden ocultar este hecho ante sus propias tropas y las del enemigo. Para ello se sirven del increíble parecido físico de un vulgar ladrón, al que perdonan su condena a muerte con la condición de convertirse en el doble de Shingen. 

Tras el éxito, Oscar incluido, de Dersu Uzala (1975), Kurosawa volvió a la dirección de una producción épica gracias al apoyo económico de Francis F. Coppola y George Lucas (dos de sus más célebres admiradores). 

Aparte de las grandiosas escenas bélicas, de la maestría con que se narra el horror de la guerra, de la soberbia imagen de los jinetes desfilando, de la bellísima fotografía, o de la impresionante escena final, con un alucinado Kagemusha cargando entre “sus” soldados muertos, la importancia de esta película radica en la reflexión sobre el poder, la ambición, el engaño y la usurpación. 

La película podría haber sido el esperado reencuentro entre Toshiro Mifune y Kurosawa, pero el director nipón no vio con buenos ojos la participación de Mifune en la miniserie norteamericana "Shogún", a la que consideraba folklórica y poco "digna" (y desde luego, tenía razón!). Así que el papel principal recayó en el gran Tatsuya Nakadai 

Como anécdota final, aquí queda la siguiente afirmación del propio Kurosawa: "John Ford ha sido como mi padre pero ellos (Coppola y Lucas) son mis hijos".

1 comentario

jastarloa -

No se acerca, ni de lejos, al Kurosawa de los años 50 y 60. En su madurez ha perdido ese toque de entretenimiento, sustituyéndolo por una mayor perfección técnica y un halo intimista y reflexivo. 160 minutos se me hacen excesivos.

De todas formas, ¡cuántos quisieran que su mejor obra fuera la mitad de buena que ésta!