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Comedia

Quiero ser como Beckham. Gurinder Chadha, 2002

Quiero ser como Beckham. Gurinder Chadha, 2002

Jess (Parminder Nagra) tiene 18 años y sus padres quieren que sea una encantadora y convencional chica india, pero ella solamente quiere jugar al fútbol. Jules (Keira Knightley) es una joven que la invita a unirse al equipo de fútbol femenino local. Al tiempo que se va consolidando su amistad, el equipo empieza a viajar para jugar en otras ciudades… y empieza a mentir a sus padres. Además, ambas se sienten atraídas por el mismo chico, el único en el que no pueden fijarse, Joe (Jonathan Rhys Meyers), su entrenador.

Desde luego, no es una gran película, pero si entretenida y, sobre todo, muy útil como recurso educativo, ya que conecta muy bien con el público adolescente e invita a la reflexión, la tolerancia, el respeto, el esfuerzo y afán de superación y la celebración del mestizaje. Además, aborda las expectativas culturales fomentadas hoy hacia la mujer en los ámbitos de la feminidad, el éxito y la familia. Atentos también a la alternancia de la "sociedad del ser" que predomina en las protagonistas, Jess y Jules, con la "sociedad del tener" que tienen la hermana de Jess y sus amigas.

El film funciona por un guión ágil y equilibrado (con adecuada alternancia de escenas dramáticas, cómicas y emotivas), y por el trabajo del joven reparto. Además, la música, de Craig Pruess, ofrece una partitura alegre y vibrante, con melodías de los 70 y 80, actuales, hindúes y clásicas.

Bajo el sol de la Toscana. Audrey Wells, 2003

Bajo el sol de la Toscana. Audrey Wells, 2003

A la joven escritora Frances Mayes (Diane Lane) su reciente divorcio le ha causado un bloqueo a la hora de escribir y se encuentra deprimida. La receta de su amiga, la Dra. Patty, es muy sencilla: 10 días en la Toscana italiana. Una vez allí, Frances se encapricha de una villa llamada Bramasole, a pesar de lo evidente de necesitar profundas reformas. Pero ¿qué mejor lugar para empezar una nueva vida que la cuna del Renacimiento?

 

El guión, muy flojo, desaprovecha parte de sus posibilidades, no hay intensidad en las emociones, dejando grises y banales a los personajes y las situaciones. De hecho, el personaje interpretado por Diane Lane nunca evoluciona, sólo funciona en algunas de las historias paralelas. Y además, sigue los estereotipos del cine americano dentro del género romántico: los italianos son todos guapos, seductores y elegantes; las escenas de la protagonista con frutas y verduras en el mercado imagino pretenden ser lo que en Hollywood entienden por celebración de la sensualidad mediterránea (¿?), aparece incluso una vieja gloria del cine de Fellini… y así, se suceden los tópicos hasta irritar al espectador.

 

Eso sí, la fotografía es magnífica. Claro que también hay que decir que, con unos paisajes como la campiña Toscana, sería casi imposible obtener una imagen mala.

 

En resumen, una cinta superficial, edulcorada y previsible, pero amable a fin de cuentas.

Descalzos por el parque. Gene Saks, 1967

Descalzos por el parque. Gene Saks, 1967

Empezar una nueva vida siempre es difícil, pero empezarla teniendo que vivir en un 5º piso sin ascensor, con una claraboya que tiene un agujero, sin muebles, sin calefacción en pleno invierno neoyorquino y con una pareja que es todo lo contrario que tú, tiene que ser para volverse loco. Eso sí, si tú mujer es Jane Fonda y tienes un vecino como Charles Boyer todo se vuelve un poco más sencillo y divertido... 

”Descalzos por el parque” es una buena adaptación una obra teatral, bajo la acertada dirección de Saks, responsable, por cierto, de populares títulos de los años 60 como "La extraña pareja" o "Flor de cactus". Hoy en día ya es todo un clásico con escenas inolvidables, y una pareja de actores que enganchan a la perfección (de hecho, Robert Redford había interpretado ya este mismo papel en la obra original de Broadway de la mano del famoso dramaturgo Neil Simon). La presencia de secundarios de lujo como Charles Boyer y Mildred Natwick es absolutamente deliciosa. Una comedia romántica divertida y con mucho encanto.

Manhattan. Woody Allen, 1979

Manhattan. Woody Allen, 1979

Manhattan fue filmada por Woody Allen en blanco y negro como una declaración de amor a su idolatrada ciudad de Nueva York.

El origen de la película fue una cena entre Woody Allen y Gordon Willis, director de fotografía, cuando comenzaron a hablar sobre hacer una película acerca de la ciudad que tanto amaban y de experimentar sobre el blanco y negro. El resultado? Mejor en palabras del propio Woody Allen:

“Siento verdadera pasión y una gran devoción hacia la ciudad de Nueva York y creo que en la película se la ve de la forma más hermosa que se ha visto nunca en el cine. Cuidamos mucho la fotografía y creo que es realmente impresionante”.

La película nos ha dejado algunas de las imágenes más célebres y bonitas del cine, como esa pareja de enamorados (Woody Allen y Diane Keaton) sentados en un banco frente al puente de Brooklyn, mirando anochecer... Y como pretexto para ello, Manhattan cuenta los vaivenes sentimentales de dos parejas, de los caprichos e incoherencias del amor.

 

Más que recomendable.